Intensificar el amor y la misericordia…
…para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
Este mes de junio celebramos el misterio de amor y relación de la Santísima Trinidad; la Eucaristía en la solemnidad del Corpus Christi, donde Cristo se hace Pan partido para la vida del mundo; la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, mostrando el amor y la misericordia de todo un Dios que tiene entrañas de Padre.
Y también, santos que no solo son intercesores, sino ejemplos para no dejar de intensificar nuestra vida cristiana. Entre otros, San Antonio de Padua y San Juan Bautista en su Natividad. El popular San Antonio conquista a la gente con su dulzura y con la ternura con que sostiene en sus brazos al Niño Jesús. Tiene fama de milagrero pero ciertamente su vida fue una constante búsqueda de Dios, para amarlo y servirle mejor. Recordemos una florecilla suya preciosa: cuando los habitantes de un pueblo costero no quisieron escucharle hablar de Dios, se fue a la orilla del mar y empezó a predicar. Poco a poco, los peces se fueron congregando, asomando sus cabezas, para escuchar las alabanzas del Señor, que San Antonio les dirigía a ellos. Los peces del mar acogían con reverencia lo que los hombres habían rechazado en su soberbia.
La Natividad de San Juan Bautista nos hace presente a ese Dios que, por amor a una humanidad desnortada y descarriada va tejiendo su obra de salvación en los aconteceres de la historia. Suscita al profeta Juan para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
Alimentados espiritualmente con estas grandes fiestas cristianas que celebramos este mes, vivamos predicando a tiempo y a destiempo, no solo con palabras, sino con nuestras obras cotidianas, sin desanimarnos, como hizo San Antonio de Padua. Y como San Juan Bautista, no queramos contentar a la gente, sino a Dios, a quien servimos, y que es el único que nos ofrece, por Jesucristo, el perdón de nuestros pecados y la salvación para siempre. San Juan Bautista, con humildad, supo señalar quien es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; hagamos nosotros lo mismo.
Francisco Prieto Rodríguez, pbro.
Párroco.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!