Nuevo curso Escolar/Pastoral
En septiembre, con el inicio del curso escolar, parece que todo vuelve a su sitio. Horarios de trabajo, ritmos familiares y servicios pastorales en las parroquias.
El año pastoral parroquial se vive al ritmo del curso escolar. La preparación del nuevo curso escolar reactiva, ya días antes de septiembre, el movimiento de las familias y todo lo que conlleva el abrir las escuelas. El calendario escolar marca nuestra sociedad moderna y el año litúrgico va dando color a las actividades de los diferentes cursos escolares de los alumnos.
El curso escolar sigue marcando el ritmo, y pasadas las fiestas navideñas, el segundo trimestre enfoca la Semana Santa; los días de las celebraciones católicas más importantes del año litúrgico. En las escuelas, el segundo trimestre es intenso, pues se ha de consolidar lo iniciado en el primero, dejando enfilado ya el tercero; en este trimestre se desarrollará la experiencia pascual de la semana santa y la maduración de lo aprendido con sus consiguientes pruebas finales.
Por otro lado, la parroquia, que es la Iglesia que vive entre las casas de sus hijos, está en contacto con los hogares y la vida de todo tipo de personas. Para los creyentes, la celebración de la Eucaristía y los sacramentos se convierte en fundamental para sostener la vida cristiana de la comunidad y el compromiso de cada católico en su colaboración en la extensión del reino de Dios. La catequesis adecuada en la recepción de los diferentes sacramentos, permite el contacto real con la vida de los fieles y sus variadas circunstancias.
Pero por encima de calendarios y programaciones, está el ejercicio práctico de la caridad en todo lo que permiten las humildes fuerzas parroquiales. El intentar mantener la acogida a los hermanos que llaman con alguna necesidad, se desarrolla a lo largo de todo el año cristiano; incluso cuando pasan los momentos de sensibilización que mueven nuestras emociones en las fiestas navideñas o determinadas campañas.
La parroquia, pues, es la presencia eclesial en un territorio que alienta a sus miembros para que evangelicen con su testimonio de vida cristiana.
Que el Señor nos conceda un buen curso pastoral para que, uniendo nuestras fuerzas y carismas diversos, no dejemos de rezar y trabajar para que Jesucristo sea conocido y amado.
Francisco Prieto Rodríguez, pbro.
Párroco.
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